El 2025 comenzó con una agenda global sarcástica en temas de Derechos Humanos; ¡Qué impactante descubrir que invertir en equidad no es una pérdida de dinero, sino una estrategia de crecimiento, debe ser magia!
Por: Manuela Acosta / @Manuacostam10

Por un lado, arrancamos con el recrudecimiento de posturas ultraradicales hasta la restricción de libertades fundamentales, en distintos países presenciamos retrocesos que ponen en riesgo avances construidos por décadas.
Gobiernos con tendencias autoritarias han endurecido legislaciones que afectan directamente a comunidades históricamente excluidas (ojo ¡históricamente excluidas!, factor que no es un por menor al abordar estas conversaciones), mientras que movimientos extremistas buscan deslegitimar la lucha por la equidad, argumentando que se trata de "agendas ideológicas" y no de realidades económicas y sociales. Sin embargo, lo que estos discursos ignoran es que los derechos humanos no solo son un imperativo ético, sino una necesidad estratégica para el desarrollo sostenible, la inversión y la rentabilidad (- caridad + sostenibilidad).
Las cifras son claras: la equidad no es caridad, es crecimiento.
Los hechos hablan por sí solos. Según el World Economic Forum, la equidad de género en el mercado laboral puede incrementar el PIB mundial en un 26%. A nivel empresarial, las organizaciones con políticas sólidas en diversidad y equidad logran hasta un 25% más de rentabilidad según McKinsey & Company.
El deporte no es la excepción. La inversión en proyectos de equidad en la industria deportiva ha generado un crecimiento del 20% en patrocinios y financiamiento en los últimos cinco años. Las ligas femeninas han demostrado ser un mercado en expansión, con un aumento del 35% en audiencias y consumo de productos derivados (Deloitte, 2024).
Aún más claro es el vínculo entre estabilidad social y crecimiento económico. Un estudio del Banco Mundial revela que los países con mayores niveles de equidad en derechos civiles y laborales experimentan un 10% más de inversión extranjera directa, mientras que aquellos con políticas discriminatorias ven reducida su competitividad global.
Nuestro compromiso en el 2025: educación, deporte e investigación.
Desde Transformándonos, entendemos que los derechos humanos no pueden depender de ideologías ni del vaivén político: son la base para sociedades prósperas, innovadoras y sostenibles. Por eso, este 2025 nos enfocaremos en tres frentes clave para convertir la equidad en una realidad tangible:
Educación: Desarrollaremos programas de formación en derechos humanos, diversidad y liderazgo deportivo para fortalecer nuevas generaciones.
Proyectos deportivos: Ampliaremos iniciativas que permitan a niñas y mujeres consolidar su presencia en el deporte, derribando barreras estructurales.
Investigación cultural: Impulsaremos estudios que midan el impacto de la equidad en la economía del deporte y su potencial transformador.
No es una opción, es una decisión.
Este no es el momento de observar desde la distancia ni de esperar a que otras personas tomen la iniciativa. La equidad ya no es un discurso, es una exigencia del presente y una condición para el futuro.
Quienes eligen ignorar este llamado no solo se posicionan en el lado incorrecto de la historia, sino que también se condenan a la irrelevancia. El mundo está cambiando y quienes no caminen al ritmo del progreso quedarán en la historia como nota al pie.
La pregunta no es si la equidad es importante. La pregunta es: ¿estás actuando o solo mirando desde la barrera? ¡Aún estamos a tiempo!
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